La incontinencia urinaria es un trastorno que afecta al sistema urológico y a la manera en la que la persona libera o retiene la orina. Afecta tanto a hombres como a mujeres y es uno de los problemas más habituales de control de la vejiga. Además esta dolencia afecta a la calidad de vida de las personas y su autoestima, ya que pueden sentirse avergonzadas o dejar de realizar actividades de su día a día debido a la incontinencia.
Esta afección, en la mayoría de los pacientes, está relacionada con otros problemas de salud de los cuáles es un síntoma importante. En el caso de las mujeres, los músculos sufren un debilitamiento por esfuerzo durante el embarazo y parto vaginal, provocando pérdidas de orina ocasionales o a largo plazo dependiendo del nivel en el que el suelo pélvico se haya visto afectado. En el caso de los hombres es habitual encontrar este trastorno tras una intervención para extirpar parte de la próstata por su agrandamiento.
También existe un aumento del riesgo de incontinencia si se padecen ciertos tipos de cáncer asociados al sistema urinario, área genital, pélvica y aparato reproductor.
Incontinencia de esfuerzo
Es una de los tipos de incontinencia que más encontramos en consulta. Los pacientes tienen pérdidas cuando se ejerce presión sobre la vejiga, se realiza algún ejercicio físico o movimiento (toser, estornudar, levantar objetos…). Esto se debe generalmente a que el soporte muscular de la zona pélvica que sujeta la vejiga no funciona correctamente. En lugar de mantener el canal de la uretra cerrado, la pérdida de tono del área produce una relajación del mismo que permite la salida de la orina de forma involuntaria.
Factores adicionales de la incontinencia
Otros factores que pueden provocar pérdidas de orina son la obesidad, el estreñimiento, fumar, deportes de impacto como correr, la falta de entrenamiento del suelo pélvico.
Tratamientos de incontinencia de esfuerzo
Existen diversos tratamientos para tratar el problema de la incontinencia dependiendo de su origen. En el caso de las pérdidas asociadas al debilitamiento del suelo pélvico, uno de los tratamientos más innovadores es sin duda la Silla Emsella. A través de un campo electromagnético generado en la zona del suelo pélvico, los músculos se contraen realizando un ejercicio para reforzar el área. Con este tratamiento conseguimos realizar un ejercicio mucho más eficaz sin que el paciente realice ningún movimiento, esfuerzo y sin desvestirse siquiera.
También podemos complementar este tratamiento con el láser fraccionado vaginal que nos ayudará a mejorar la hidratación y producción de colágeno.