vaso de agua derramado
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Menopausia

La menopausia y el suelo pélvico

La menopausia es la etapa en la vida de la mujer en la que deja de tener la menstruación por lo que los ovarios dejan de producir hormonas de estrógeno y progesterona. Normalmente sucede a partir de los 45 años de forma natural. Los cambios que produce la menopausia pueden comenzar años antes provocando menstruaciones irregulares, sofocos, cambios de humor, sequedad vaginal o insomnio entre otros.

Cuando la mujer entra ya en el ciclo de menopausia, tras un año sin menstruación, se acentúan algunos de los síntomas más habituales. Además, debido a la variación en la producción de estrógenos es muy habitual encontrar problemas de densidad ósea (osteoporosis) o disfunciones del suelo pélvico como la incontinencia urinaria, prolapsos o vaginismo.

Sequedad vaginal

Uno de los síntomas más habituales, y a la vez más sencillos de solucionar en consulta, es la sequedad vaginal. Debido al bajo nivel de estrógenos, los tejidos pierden hidratación y se vuelven más finos y menos elásticos. Esta atrofia vaginal (vaginitis atrófica) no sólo provoca sequedad, sino que dificulta las relaciones sexuales haciéndolas dolorosas y en ocasiones impidiéndolas.

Debido a que esta atrofia no sólo afecta a la vagina en sí, sino también al sistema urinario. En consulta utilizamos el término Síndrome Genitourinario en la Menopausia (GSM). Algunos de los síntomas que se asocian a él, además de la sequedad vaginal, son: picor genital, quemazón, secreción vaginal anormal, incontinencia urinaria o estrechamiento y acortamiento del canal vaginal.

Tratamiento sequedad vaginal

Uno de los tratamientos más innovadores para mejorar los síntomas como la sequedad vaginal, incontinencia o falta de tono del suelo pélvico, es la silla Emsella. Gracias a ella y de una forma no invasiva conseguimos ejercitar la zona pélvica de una forma eficaz y sin que suponga un esfuerzo para el paciente. Con el tratamiento conseguiremos mejorar el tono y salud de la musculatura del suelo pélvico, mejorando el flujo de sangre y lubricación. Gracias a ello las pacientes consiguen recuperar la calidad de vida sexual perdida debido al dolor generado por la sequedad vaginal además de mejorar su confianza y autoestima.

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