20 de cada 100 mujeres precisan repetir la operación por no fortalecer la musculatura pélvica tras la intervención
El prolapso, descenso desde su ubicación habitual de alguno de los órganos pélvicos como la vejiga, necesita ser irremediablemente operado cuando nos hace imposible llevar una vida cotidiana. Es decir que, por muchos ejercicios, fisioterapia, tratamientos…el dolor, las pérdidas de orina y la imposibilidad de mantener relaciones sexuales no dejan otra opción.
El síntoma principal de un prolapso es ver y sentir un bulto saliendo de la vagina además de la sensación continua de incomodidad y dolor en la zona de la pelvis. Esta presión suele empeorar con el paso del tiempo y al estar mucho tiempo de pie. Además, puede llegar a crear incontinencia urinaria o problemas a la hora de defecar.
Cuando operarse
Por lo general, el prolapso solo se opera cuando afecta a nuestra vida diaria y nuestro médico piensa que la cirugía ayudará. Hay que considerar la posibilidad de operarse si: el prolapso causa mucho dolor, tiene problemas con la vejiga y los intestinos y cuando dificulta, las relaciones sexuales y las actividades cotidianas.
La cirugía para el prolapso de órganos pélvicos se realiza para tratar los síntomas causados por un órgano prolapsado, así que, es posible que aparezcan otros problemas después de la intervención.
Las consecuencias que surgen después de la operación son: problemas para controlar la vejiga (incontinencia), imposibilidad de vaciar la vejiga, dolor durante las relaciones sexuales, infección, lesión en la vejiga y la formación una fisura entre dos órganos del cuerpo o entre el cuerpo y la piel (fístula).
El prolapso puede reaparecer
El prolapso de órganos pélvicos puede reaparecer después de la cirugía, especialmente si se piensa que con la operación todo está resuelto y nuestro suelo pélvico vuelve a ser el mismo que cuando teníamos veinte años.
Nada más lejos de la realidad ya que la intervención soluciona nuestro problema en gran medida, pero nunca tiene un completo resultado por lo que es necesario seguir fortaleciendo la musculatura si no desea pasar nuevamente por el quirófano cada diez o quince años.
Por ello, desde la Unidad de Salud Pélvica Euskalduna recomendados que se hagan revisiones cada poco tiempo y sigan ejercitado su musculatura con sus ejercicios habituales más la Silla Emsella con regularidad.