Todo el mundo sabe que el sobrepeso no sólo es un problema estético, sino que también puede suponer un problema grave para la salud: hipertensión, diabetes, altos parámetros de colesterol o problemas respiratorios. Pero además la obesidad también puede poner en riesgo nuestra salud pélvica.
Se considera sobrepeso cuando el Índice de Masa Corporal (IMC) de una persona supera el 25 o más; la obesidad a partir del 30 o más. Con sobrepeso u obesidad, el factor de riesgo está presente.
Independientemente de tu sexo, un alto parámetro de IMC es un peligro para nuestra salud pélvica. Según explican los especialistas de la Unidad de Salud Pélvica de Clínicas Euskalduna, cuando una persona sufre obesidad, el suelo pélvico “sobrecarga” ese peso, lo que conlleva que los músculos que lo rodean cedan ante esfuerzos tan simples como toser, reír o estornudar.
Los estudios confirman que cuanto más asciende el IMC en una persona, mayor probabilidad de padecer incontinencia urinaria tendremos. “Incrementar 5 unidades de IMC puede aumentar las probabilidades de sufrir incontinencia urinaria desde un 20% hasta un 70%”.
Por eso, reducir el peso entre un 5% y un 10% mejorará las pérdidas de orina involuntarias, pero ello no asegura acabar con ellas. Es a partir de la disminución de un 13% del peso corporal, cuando la presión que se ejerce sobre la vejiga también disminuye y notaremos mejoría en la incontinencia urinaria.
¿Cómo mejorar nuestra salud?
La obesidad y el sobrepeso se deben tratar con especialistas, que incluyan cambios en la pauta alimentaria y añadan un aumento del ejercicio físico en la vida del paciente. El deporte es uno de los hábitos más saludables que podemos practicar, ya que nos ayuda a estar sanos y en forma, pero como ya hablamos en otro post, también debemos realizarlo con precaución para no dañar nuestro suelo pélvico.
Lo fundamental es acudir a un nutricionista y realizar una dieta basada en una alimentación saludable con frutas, verduras y proteínas de calidad. Pero además, lo conveniente sería realizar tratamientos que fortalezcan los músculos pélvicos.
Por eso, desde la Unidad de Salud Pélvica de Clínicas Euskalduna recomiendan hacer revisiones periódicas y combinarlo con ejercicios de refuerzo muscular. Si esto no fuera suficiente, unas pocas sesiones de la Silla Emsella pueden ayudar a fortalecer la zona pélvica rápidamente.