El ejercicio de gran impacto genera lesiones y aumenta la debilidad muscular
Practicar actividad física de manera regular es una de los factores fundamentales para gozar de un estilo de vida saludable, sin embargo, a veces este ejercicio puede ser perjudicial si no tenemos en cuenta nuestras propias limitaciones o condiciones físicas.
En el caso de las mujeres, pocas reparan en el cuidado del suelo pélvico a la hora de realizar ejercicio dañando esa zona, la cual es definida por el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) como “el conjunto de músculos situados en la parte baja de la pelvis que da soporte a los órganos allí situados (vejiga, útero y recto), favoreciendo la continencia urinaria y fecal y las relaciones sexuales, actuando de apoyo y cierre de la vejiga, del útero o matriz y del intestino inferior o recto.”
Deportes a evitar
Para mantener un suelo pélvico fortalecido y sano, los expertos recomiendan evitar los ejercicios de gran impacto y que produzcan fuerte presión abdominal sustituyéndolos por otros más moderados.
Entre los peores ejercicios para esa zona se encuentran: el running, aeróbic, tenis, atletismo, salto de trampolín y camas elásticas, pádel, equitación, baloncesto, esquí o halterofilia.
A su vez, el ciclismo a pesar de que parezca una actividad no agresiva, en algunas situaciones puede llegar a serlo a consecuencia de las posturas que adquirimos o los terrenos sobre los que andamos.
Ejercicio recomendable
Entre los mejores deportes para el cuidado de esta área se encuentran la natación, el yoga y el pilates.
En lo que respecta a la natación, este es un ejercicio de impacto bajo y que ayuda también a controlar el peso y a mantener un cuerpo tonificado y sano, lo que repercute de manera indirecta en la salud del suelo pélvico.
Practicar yoga y pilates aporta múltiples beneficios gracias a la respiración diafragmática, la cual ayuda a reducir la presión en el abdomen, provoca una contracción adecuada en la pared abdominal y tonifica la musculatura perineal. Estos ejercicios no solo ayudarán a fortalecer esta zona sino que incluso puede llegar a recuperarla.
Junto a estos deportes, es recomendable realizar ejercicios Kegel, los cuales se basan en apretar unos segundos la vejiga de manera que la reforcemos y/o practicar gimnasia abdominal hipopresiva, estática o dinámica que se basa en el control respiratorio para recolocar nuestros órganos dentro de nuestro cuerpo.
Todas estas prácticas pueden acompañarse de aparatos vaginales que nos ayudan a reforzar el músculo desde el interior como las esferas vaginales que proyectan una serie de vibraciones que contraen los músculos pélvicos fortaleciéndolos y tonificándolos. Y por supuesto de la Silla EnSella de la Unidad de Salud Pélvica Muguerza-Franco, de la Clínica Euskalduna, que ofrece el único tratamiento de ésta tecnología en el territorio histórico de Bizkaia.